Porque nos da la oportunidad de tener un descanso de calidad y en contacto con la naturaleza, desconectándonos de las grandes ciudades y sus aglomeraciones de gente.
Porque nos permite pasar tiempo con nuestros hijos, realizando actividades al aire libre en lugar de frente a una pantalla.
Porque una oferta de turismo rural sustentable permite preservar las especies nativas de nuestra flora y fauna.
Porque nos permite resguardar las diversas culturas que están asentadas a lo largo del territorio nacional.
Porque el turismo rural educa: permite a los viajeros conocer las diferentes formas de vida que se dan en el campo.
Porque nos permite intercambiar experiencias únicas con sus anfitriones.
Porque entrega oportunidades laborales a las mujeres y los jóvenes rurales.
Porque representa una oportunidad para que los habitantes rurales permanezcan en sus territorios en lugar de migrar a la ciudad.
Porque aporta al desarrollo económico local: la oferta de productos y servicios se complementa entre los distintos integrantes de la comunidad para brindar una experiencia única.
Porque pone en valor la cultura campesina y el modo de vida rural.
Porque nos hace meter las manos en la tierra y aprender de las labores diarias que realizan los agricultores.
Porque al conocer la vida del campo y su cultura aprendemos a valorarla y a cuidarla como parte de nuestra identidad.
Porque podemos ser inmensamente felices descubriendo la flora y fauna local.
Porque al abrazar un árbol nos recargamos de energía.
Porque al disfrutar los sabores y olores de una gastronomía hecha con amor podemos recordar lindos momentos de nuestro pasado, además de recibir alimentos sanos.